Quedar en pleno en invierno para dibujar resulta complicado. Hace frío, el pulso tiembla y a no ser que te pongas al sol (si se da el caso de que brille) resulta imposible aguantar mucho. La solución ...........¡ponerse a refugio! Así que una mañana quedamos para desayunar en una granja del barrio de Can Llong. Pudimos deleitarnos con el paladar y la vista.
Papel Canson A4, 21 x 29'7 cm, rotulador y acuarelas
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